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Lo que la OMS oculta a sus Miembros

La Reforma del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido objeto de discusión y debate, y hay diversas opiniones sobre sus aspectos positivos y negativos. A continuación, te proporcionaré una tabla con algunos puntos que podrían considerarse como negativos para la soberanía de los Estados Miembros de la OMS en relación con los cambios en el RSI (Reglamento Sanitario Internacional):

Punto NegativoDescripción
Pérdida de Autonomía en Decisiones NacionalesAlgunos críticos argumentan que las modificaciones en el RSI podrían implicar una pérdida de la autonomía de los Estados Miembros en la toma de decisiones sanitarias a nivel nacional. Esto podría generar preocupaciones sobre la soberanía y la capacidad de los países para gestionar sus propios asuntos de salud.
Intervención ExtranjeraLa posibilidad de intervención extranjera en situaciones de emergencia de salud pública, como se establece en las reformas del RSI, podría ser vista como una interferencia en los asuntos internos de un país, generando inquietudes sobre la soberanía nacional y la capacidad de los gobiernos para manejar crisis sanitarias sin intervención externa.
Implementación Costosa y Recursos LimitadosLa implementación de las nuevas disposiciones del RSI puede requerir recursos significativos, tanto financieros como humanos. Para algunos países con recursos limitados, esto podría representar una carga adicional y plantear desafíos financieros, lo que podría afectar la capacidad de los Estados Miembros para cumplir completamente con las nuevas regulaciones.
Desigualdades en el CumplimientoExiste la preocupación de que las naciones con recursos limitados puedan enfrentar dificultades para cumplir plenamente con las nuevas normativas del RSI, lo que podría dar lugar a desigualdades en la implementación y el cumplimiento. Esto podría afectar negativamente a la efectividad global de las medidas de salud pública.
Falta de Consulta y ParticipaciónLa percepción de falta de consulta y participación significativa de los Estados Miembros en la elaboración de las reformas del RSI podría generar tensiones y desconfianza. La participación insuficiente de los países en el proceso de toma de decisiones podría interpretarse como una limitación de la soberanía de los Estados Miembros.

La decisión de firmar tratados con organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), debe ser cuidadosamente considerada por los Estados Miembros, especialmente en el contexto de las reformas del Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Si bien la cooperación internacional en materia de salud es esencial para abordar las amenazas globales, existen preocupaciones legítimas sobre la posible pérdida de soberanía nacional y autonomía en la toma de decisiones.

Los puntos negativos identificados en relación con los cambios en el RSI subrayan la importancia de un enfoque equilibrado en la firma de tratados. La posible intervención extranjera, los costos de implementación, las desigualdades en el cumplimiento y la falta de consulta y participación son aspectos que deben abordarse cuidadosamente para garantizar que los Estados Miembros no se vean comprometidos en su capacidad para gestionar asuntos de salud pública de manera efectiva y soberana.

Antes de firmar tratados con la OMS u otras organizaciones internacionales, los países deben llevar a cabo evaluaciones exhaustivas de los posibles impactos en su soberanía y capacidad para tomar decisiones nacionales. Es esencial fomentar la transparencia, la participación activa de los Estados Miembros en el proceso de toma de decisiones y garantizar que las disposiciones acordadas respeten las diversidades y capacidades de cada nación.

En resumen, mientras que la colaboración internacional es crucial para abordar desafíos de salud global, los Estados deben ser cautelosos al firmar tratados que podrían tener repercusiones en su soberanía. La negociación y revisión cuidadosa de los términos y condiciones son fundamentales para garantizar que los acuerdos internacionales promuevan la cooperación efectiva sin comprometer la capacidad de los Estados para proteger y gestionar sus propios intereses en el ámbito de la salud pública.

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Tratado de Pandemias, enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional

La OMS y la Dignidad: Un Debate sobre Soberanía Nacional

Introducción:

La Dra. Teresa Forcades, en su destacada participación en el II Congreso Internacional Médico, Científico y Jurídico de Médicos por la Verdad, abordó preocupaciones cruciales sobre las propuestas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su conferencia, titulada “¿Qué se está negociando en estos momentos en la OMS y cuáles son sus implicaciones?”, puso de manifiesto los desafíos que enfrenta la soberanía nacional y los derechos humanos en el contexto de las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) y un Tratado. A lo largo de su exposición, la Dra. Forcades exploró las posibles implicaciones de estas propuestas para la libertad de expresión, el método científico y la toma de decisiones en salud.

Puntos Importantes:

  1. Contexto del II Congreso Internacional: La Dra. Teresa Forcades participó en el II Congreso Internacional Médico, Científico y Jurídico de Médicos por la Verdad, donde alertó sobre las pretensiones de la OMS.
  2. Propuestas de la OMS y Soberanía Nacional:
  • La OMS propone enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) y un Tratado, generando debate sobre soberanía nacional y derechos humanos.
  • En la Unión Europea y España, los tratados internacionales tienen rango superior a las leyes nacionales.
  1. Estatuto Jurídico de la OMS:
  • La OMS opera bajo su propia Constitución, considerada un tratado internacional.
  • España, como miembro de la OMS, está sujeta a sus regulaciones y enmiendas.
  1. Enmiendas al RSI y Eliminación de la Dignidad:
  • Propuestas enmiendas al RSI buscan otorgar más poder a la OMS para imponer medidas a estados miembros.
  • Controversia surge por la eliminación de la frase que menciona el respeto a la dignidad, derechos humanos y libertades fundamentales.
  1. Convención de Viena y Limitaciones de Tratados:
  • Tratados internacionales están sujetos a limitaciones, como no poder violar normas imperativas de derecho internacional general.
  1. Debate sobre Dignidad y Equidad:
  • Sustitución de “dignidad” por “equidad” en el RSI genera debate sobre los valores fundamentales que debe seguir la OMS.
  1. Soberanía Nacional en Toma de Decisiones de Salud:
  • Debate sobre quién debe tomar decisiones en salud en un mundo globalizado.
  • OMS busca mayor poder para imponer medidas a estados miembros en casos de amenazas a la salud pública.
  1. Desafíos de la OMS y Censura de Información:
  • OMS propone vigilancia y censura de información que contradice sus directrices.
  • Desafíos a la libertad de expresión y al método científico.
  1. Importancia del Espíritu Crítico en Ciencia:
  • Ciencia se basa en crítica, escepticismo y debate constante.
  • Ejemplos históricos resaltan la necesidad de cuestionar teorías científicas.
  1. Caso de la Vacuna Pandemrix y Transparencia:
  • Caso de la vacuna Pandemrix destaca la importancia de la transparencia y la capacidad de cuestionar información.
  • Investigadores independientes jugaron un papel crucial en identificar los efectos adversos.
  1. Amenaza de la Censura y Dilema para la Sociedad:
  • La propuesta de censura previa de la OMS plantea un dilema en la sociedad.
  • Censura podría suprimir puntos de vista legítimos e información crítica.
  1. Libertad de Expresión y Derechos Humanos:
  • Derecho a la libertad de expresión, consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, está en riesgo.
  • Censura previa es contraria a estos derechos fundamentales.
  1. Alternativas a la Censura:
  • Se proponen alternativas como transparencia, rendición de cuentas y educación para discernir información.
  • La censura previa podría tener graves consecuencias para la salud pública.
  1. Desinformación no está definida:
  • Definir desinformación y quién tiene la autoridad para hacerlo es un desafío significativo.
  1. Equilibrio entre Salud y Derechos Humanos:
  • Se destaca la necesidad de equilibrar la seguridad de la salud pública con el respeto a los derechos humanos.
  • La verdad a veces necesita tiempo para emerger, y la censura previa podría evitarlo.

Conclusión:

La propuesta de la OMS para enmendar el RSI plantea cuestiones fundamentales sobre la soberanía nacional, los derechos humanos y la libertad de expresión. La eliminación de la mención a la dignidad en favor de la equidad en el RSI ha generado un debate sobre los valores que deben regir las acciones de la OMS. El dilema entre la seguridad de la salud pública y los derechos individuales es evidente, y la censura previa propuesta plantea un riesgo significativo para la transparencia y la identificación temprana de posibles problemas de salud. En lugar de la censura, se destaca la importancia de buscar un equilibrio entre la promoción de información precisa y la protección de los derechos fundamentales. La historia de la vacuna Pandemrix subraya la necesidad de la transparencia y la capacidad de cuestionar información para garantizar decisiones basadas en la mejor evidencia científica disponible. En última instancia, preservar la libertad de expresión y respetar los derechos humanos son pilares esenciales para abordar los desafíos de salud pública en un mundo cada vez más interconectado.

Leer el artículo de la fuente en:

https://nataliaprego.substack.com/p/tratado-de-pandemias-enmiendas-al
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Desenmascarando la Opresión de la OMS

La ecuación de desafíos a la soberanía y libertades fundamentales se compone de la propuesta de Tratado de Pandemias y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de la OMS. Expertos en derecho subrayan la amenaza a la autonomía nacional y los derechos individuales. La eliminación de la “Dignidad” en las enmiendas plantea cuestionamientos sobre los derechos humanos, mientras que la jerarquía legal de tratados internacionales crea tensiones en la legislación nacional. La censura de información desafía el espíritu crítico en ciencia y podría violar derechos fundamentales.

  1. Impacto Soberano (IS): La reestructuración propuesta del RSI amenaza la autonomía nacional en decisiones de salud. Ejemplo: Un país no puede tomar decisiones rápidas basadas en su situación única.
  2. Eliminación de Dignidad (ED): La eliminación de la “Dignidad” plantea dudas sobre la protección de derechos humanos y libertades fundamentales. Ejemplo: Las decisiones pueden tomarse sin considerar el respeto a la dignidad de las personas, afectando su bienestar.
  3. Jerarquía Legal (JL): La preeminencia de tratados internacionales sobre leyes nacionales genera conflictos en la legislación nacional. Ejemplo: Las leyes nacionales pueden ser anuladas por decisiones internacionales, limitando la soberanía legislativa.
  4. Censura de Información (CI): La propuesta de vigilancia y censura amenaza la libertad de expresión y acceso a información crítica. Ejemplo: La información que contradice las directrices puede ser ocultada, privando a las personas de datos esenciales para tomar decisiones informadas.
  5. Desafío al Espíritu Crítico (DC): La censura va en contra del espíritu crítico esencial para el avance científico. Ejemplo: La ciencia debe ser constantemente cuestionada; la censura impide este proceso y puede conducir a decisiones basadas en información incompleta.
  6. Violación de Derechos (VD): La propuesta podría violar derechos humanos fundamentales. Ejemplo: La privación de derechos individuales en nombre de la salud pública sin considerar la dignidad de las personas.
  7. Dilema Ético (DE): La censura plantea un dilema ético al suprimir puntos de vista legítimos en una sociedad democrática. Ejemplo: La supresión de opiniones disidentes socava la diversidad de pensamiento, esencial en una democracia.
  8. Desbalance Seguridad/Derechos (DSD): La necesidad de equilibrio entre seguridad y derechos humanos se ve amenazada por la propuesta de censura previa. Ejemplo: La seguridad puede prevalecer a expensas de derechos individuales, desequilibrando la relación entre ambos.

La ecuación se resuelve con la llamada a la acción de luchar contra tratados que reducen libertades individuales. La sociedad debe movilizarse para preservar derechos fundamentales y garantizar la transparencia y rendición de cuentas en las decisiones de salud pública. La resistencia colectiva es clave para equilibrar seguridad y libertad en un mundo globalizado. ¡Luchemos por la autonomía y derechos de todos!

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¡La OMS prohíbe tomar café a los“ticos” y obliga a tomar agua!

Este es un escenario hipotético aterrador, la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría introducir un tratado global que exige el reemplazo del café por agua en aras de la salud. Imaginemos que, como parte de esta imposición, los estados soberanos se ven obligados a aceptar estas regulaciones. Los ciudadanos se ven forzados a portar un carnet “libre de café” como requisito para conseguir empleo o mantener el que ya tienen. Incluso se les exige para permanecer en lugares públicos. Además, se han promulgado nuevas leyes que prohíben la producción y comercialización del grano, un pilar central en la cultura de naciones como Costa Rica.

En este oscuro panorama, vemos cómo una nación soberana ha sacrificado su libertad y su identidad cultural en aras de un tratado internacional. Costa Rica, conocida cariñosamente como “la tierra del café”, ha construido su identidad y cultura en torno a esta bebida. Para los ticos, el café no es solo una bebida; es parte de su esencia, una tradición arraigada que une a las comunidades y define su singularidad. La firma de tratados internacionales puede transformar la vida de los ciudadanos y erosionar su libertad, al mismo tiempo que desafía sus raíces culturales.

Este escenario hipotético es un recordatorio impactante de la importancia de equilibrar la cooperación internacional con la protección de los derechos, la soberanía y las identidades culturales. Es vital que los tratados internacionales respeten la diversidad y singularidad de cada nación, en lugar de imponer normas que socaven su esencia. La soberanía importa, y debemos ser conscientes de las implicaciones de ceder nuestra autonomía en un mundo globalizado. La historia ficticia que hemos explorado hoy nos muestra cómo un simple acto puede llevar a la pérdida de la identidad y la libertad, lo que nos hace reflexionar sobre la importancia de las decisiones a nivel internacional. 🌐🤯

Exijamos al gobierno de Costa Rica no firmar ningún tratado donde se seden las libertades individuales. 

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Chaves y el fin de la soberanía de Costa Rica

Costa Rica es un país que se enorgullece de su independencia y soberanía. A lo largo de nuestra historia, hemos defendido con valentía estas libertades que son fundamentales para nuestra identidad como costarricenses.

En estos tiempos, nos enfrentamos a una decisión trascendental: la firma de un tratado con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras la cooperación internacional es importante, debemos sopesar cuidadosamente los posibles impactos en nuestra soberanía.

El presidente Rodrigo Chaves tiene en sus manos el destino de toda una nación y sus futuras generaciones: ¿Está Chaves dispuesto a perder nuestras libertades como costarricenses? Esta pregunta no se trata de partidos políticos ni de divisiones, sino de proteger lo que más valoramos: nuestra independencia y la capacidad de tomar decisiones que beneficien a nuestro país.

Este debate no es solo sobre la OMS, es sobre el futuro de Costa Rica. La firma de un tratado internacional puede tener ramificaciones significativas en nuestra capacidad para tomar decisiones autónomas, especialmente en asuntos de salud. No debemos sacrificar nuestra soberanía en el proceso.

Es hora de que todos los costarricenses se unan en un diálogo abierto y respetuoso sobre este tema crítico. Debemos examinar los pros y contras de la firma de este tratado y entender cómo podría afectar a nuestra nación.

Invitamos a todos a compartir sus opiniones y preocupaciones de manera respetuosa. Juntos, podemos explorar las opciones disponibles y tomar decisiones informadas sobre cómo proteger nuestra independencia y libertades.

Costa Rica se ha destacado en la región por su compromiso con la democracia y los derechos humanos. Sigamos trabajando juntos para preservar la soberanía que tanto valoramos y asegurarnos de que las decisiones que tomemos reflejen verdaderamente los intereses de nuestro amado país.

¡Unámonos para proteger Costa Rica y nuestras libertades! 🇨🇷💙 #CostaRicaLibre #SoberaníaCostarricense #DiálogoConstructivo

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El Tratado de Pandemia de la OMS: el fin de la soberanía y la libertad nacionales

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Incluso cuando gran parte del mundo sigue superando la pandemia del covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya está mirando al futuro y preparándose para la aparición de «otras pandemias y otras emergencias sanitarias importantes». Para garantizar que el mundo esté adecuadamente preparado para futuras pandemias, «la Asamblea Mundial de la Salud» celebró una sesión especial, el 1 de diciembre de 2021, titulada El mundo en común.

La Asamblea Mundial de la Salud es «el órgano decisorio de la OMS» y «cuenta con la asistencia de delegaciones de todos los Estados miembros de la OMS y se centra en un programa sanitario específico preparado por el Consejo Ejecutivo». En esta sesión especial, que en realidad fue sólo «la segunda desde la fundación de la OMS en 1948», los participantes acordaron «redactar y negociar un convenio, acuerdo u otro instrumento internacional en el marco de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud para reforzar la prevención, la preparación y la respuesta ante una pandemia». Esto llegaría a conocerse como el tratado sobre pandemias, que fue el principal centro de los debates de la 75ª Asamblea Mundial de la Salud, que se celebró en Ginebra del 22 al 28 de mayo de 2022.

Según el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, primer director general de la OMS y que en realidad no es médico, este tratado representa una «oportunidad para reforzar la arquitectura sanitaria mundial para proteger y promover el bienestar de todas las personas». Si se aprueba, el Tratado sobre la Pandemia permitirá a la OMS realizar cambios radicales en los sistemas sanitarios de sus países miembros a partir de 2024.

En particular, este acuerdo otorgará a la OMS el poder de declarar una pandemia, basada en sus propios criterios vagamente definidos, en cualquiera de sus 194 países miembros en cualquier momento en el futuro. También permitirá a la OMS determinar unilateralmente qué medidas se impondrán en respuesta a estas futuras pandemias declaradas, incluyendo políticas de bloqueo, enmascaramiento obligatorio, distanciamiento social y coacción a la población para que se someta a tratamientos médicos y vacunas.

En contra de la opinión popular, la OMS no es una organización independiente, imparcial y ética que pretenda lograr el bien común. En realidad, sus objetivos y agendas son fijados por sus donantes, entre los que se encuentran algunos de los países más ricos del mundo y los filántropos más influyentes. Durante décadas, «los filántropos y sus fundaciones han [ganado] una influencia cada vez mayor» a la hora de dar forma a la agenda sanitaria mundial, «colocando a personas en organizaciones internacionales y obteniendo un acceso privilegiado a las élites científicas, empresariales y políticas».

Por ejemplo, como explican Jens Martens y Karolin Seitz en Philanthropic Power and Development: Who Shapes the Agenda? la Fundación Gates, y antes la Fundación Rockefeller, han dado forma a las políticas sanitarias mundiales no sólo a través de sus subvenciones directas, sino también mediante la aportación de fondos de contrapartida, el apoyo a determinados programas de investigación, la creación de asociaciones sanitarias mundiales con personal de la Fundación en sus órganos de decisión, y la promoción directa al más alto nivel político». De hecho, ya en 2006, The Guardian informó de que «la fundación Gates es ahora el segundo mayor donante de la Organización Mundial de la Salud después de Estados Unidos, así como uno de los mayores inversores individuales del mundo en biotecnología para la agricultura y los productos farmacéuticos». Lamentablemente, cuando los filántropos y sus fundaciones promueven sus propios intereses, lo hacen a expensas de los intereses comunes de la sociedad. No hay razón para creer que esta dinámica será diferente en el caso del Tratado sobre la Pandemia.

El tratado sobre la pandemia tiene el potencial de ser extremadamente perjudicial para el futuro de la humanidad, porque permitirá a los contribuyentes más poderosos de la OMS dar forma a las medidas universales contra la pandemia en lugar de reconocer la importancia de desarrollar políticas y enfoques específicos basados en las realidades y necesidades sociales, económicas y físicas de cada país. El tratado eliminará la voluntad nacional y la soberanía de los países miembros, ya que dictará sus políticas sanitarias basándose en la abstracción, en lugar de considerar las realidades que prevalecen en cada lugar.

Incluso si el tratado sobre la pandemia tuviera como objetivo genuino alcanzar resultados humanitarios puramente nobles, todavía hay que oponerse a él sobre la base del pensamiento liberal, que sostiene que el individuo es el único que debe poseer la responsabilidad absoluta de su propio bienestar, suponiendo que tenga una edad madura y una mente sana. Es decir, el individuo es el único que puede tomar decisiones que afectan a su cuerpo, su vida y su futuro, sin el poder coercitivo de ninguna autoridad externa.

Sin embargo, el tratado sobre la pandemia no permitirá a los individuos confiar en sus propias facultades físicas, espirituales e intelectuales para lograr su propio bienestar. Por el contrario, impondrá tratamientos y vacunas a los individuos en contra de su propia voluntad, violando así la libertad corporal a escala mundial. La historia es un testimonio de que la violación de la libertad corporal conduce a la esclavitud y al retroceso de la sociedad.

El tratado sobre la pandemia también otorgará a la OMS la autoridad para emitir dictados dentro de las esferas privadas de los individuos y para ejercer el control sobre sus vidas sociales y públicas, las instituciones de su sociedad y sus gobiernos, todo ello en nombre de la salud pública. Al hacerlo, suprimirá las libertades civiles, la libertad económica, la libertad positiva (libertad para) y la libertad negativa (libertad de). Todas estas formas de libertad están destinadas a ser fuerzas constructivas en la sociedad que contribuyen al logro del progreso social. Una vez que se suprimen estas libertades, los fundamentos del progreso y el avance también se desvanecen.

A través del tratado sobre la pandemia, la OMS impondrá su propio juicio de valores a la población mundial, ignorando así el hecho de que los valores difieren significativamente entre personas, culturas, tradiciones y naciones. En otras palabras, ignorará la diversidad de las personas a la hora de tomar decisiones sobre su propio cuerpo en función de sus propias creencias religiosas, compromisos, opiniones, compromisos y valores culturales y tradicionales. También violará la inclusividad, ya que la imposición de un único juicio de valor; es decir, el enfoque de «Una sola salud», significa que la OMS no trata otros juicios de valor, ni las prácticas culturales y tradicionales, de forma justa y equitativa.

El tratado de la pandemia ignora el hecho de que, como señaló Joseph Schumpeter, no existe «un punto de vista unívoco con respecto al conjunto social, al bienestar general, etc.; tampoco existiría tal punto de vista unitario si todos los individuos y grupos quisieran actuar y evaluar sobre esta base, ya que el bien general y el ideal social aparecen de manera diferente para cada uno».1

En lo que respecta a la medicina, prosigue Schumpeter, aunque la gente «reconoce suficientemente lo que es la buena salud y, en general, trata de alcanzar esa condición», «no se puede demostrar a nadie que la salud deba ser valorada positivamente», ya que la salud no puede «definirse de forma inequívoca».2 En realidad, las personas persiguen «la buena salud con niveles de compromiso muy diferentes, valorando este bien en relación con otros de forma muy distinta; ni tampoco que sus objetivos sean todos exactamente iguales: los regímenes de salud seguidos por el boxeador y el cantante no son, evidentemente, idénticos».3 Incluso los cirujanos formados en la misma área no estarían necesariamente de acuerdo en el mismo tratamiento y operación.

Por ejemplo, escribe Schumpeter, «ante la opción de extirpar una úlcera, o de evitar el daño asociado a la intervención quirúrgica, dos médicos pueden discutir sobre si uno u otro conseguiría la recuperación deseada de la misma manera».4 Además, dentro de un Estado-nación concreto, «entre personas con el mismo interés político, social, económico y cultural y con la misma perspectiva del mundo social siempre puede haber diferencias sobre lo que merece la pena luchar».5 Por consiguiente, ¿por qué cualquier persona u organización que pretenda apoyar los valores democráticos liberales respaldaría el tratado de la pandemia?

Los que apoyan el tratado contra la pandemia ignoran los principios fundamentales del pensamiento liberal y los principios de la gobernanza democrática, ya que, como dijo Ludwig von Mises, «no ven ninguna razón por la que no deban coaccionar por medio de la fuerza a otras personas para que hagan lo que éstas no están dispuestas a hacer por su propia cuenta». Los defensores del tratado creen que es aceptable emplear la planificación central a gran escala para coaccionar a la gente a hacer «lo correcto» basándose en juicios de valor que no son los suyos. No les importa, continúa Mises, que «el aparato de coacción física al que se recurre en tales esfuerzos sea el del poder policial del gobierno o una fuerza ilegal de «piquetes» cuya violencia el gobierno tolera…. Lo que importa es la sustitución de la acción voluntaria por la compulsión».

Los partidarios del tratado sobre la pandemia deberían recordar las palabras de John Stuart Mill:

Ni una persona, ni un número de personas, tiene derecho a decir a otra criatura humana de edad madura, que no debe hacer con su vida para su propio beneficio lo que decida hacer con ella. Él es la persona más interesada en su propio bienestar, el interés que cualquier otra persona, excepto en casos de fuerte apego personal, puede tener en él, es insignificante, comparado con el que él mismo tiene; el interés que la sociedad tiene en él individualmente (excepto en lo que se refiere a su conducta hacia los demás) es fraccionario, y totalmente indirecto: mientras que, con respecto a sus propios sentimientos y circunstancias, el hombre o la mujer más ordinarios tienen medios de conocimiento que superan inconmensurablemente los que puede poseer cualquier otra persona.

Es decir, el individuo está en la mejor posición para ser el juez final de la acción cuando se trata de su autonomía corporal, su esfera privada y su libertad.

Fuente: https://mises.org/es/wire/el-tratado-de-pandemia-de-la-oms-el-fin-de-la-soberania-y-la-libertad-nacionales